No Desearas la Muerte

En estos momentos, donde el inmigrante es perseguido, creo que este relato que escribí al principio que inicié el blog, es más vigente que nunca.

MEL GÓMEZ

Héctor nació en la Ceiba, una ciudad portuaria en Honduras,f nombrada así por una enorme ceiba que creció cerca del muelle y que eventualmente se cayó dentro del mar. En este lugar atestado de turistas, las playas privadas sembradas de majestuosos hoteles son prohibidas para los nacionales. Él nunca pudo jugar en la playa o hacer castillos de arena arrullado por la brisa del mar.

Héctor era joven, de aspecto aniñado, muy delgado, con  ojos inmensos y expresivos y una sonrisa que le iluminaba el rostro. Sus padres le dejaron a él y a otros seis hermanos al cuidado de su abuela mientras corrían tras el sueño americano. Una vez en los Estados Unidos se envolvieron en sus propios sueños y se olvidaron de sus hijos que soñaban con su regreso o que se los llevaran con ellos. Efso nunca sucedió. La abuela murió y Héctor siendo el mas pequeño…

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