Hasta luego, Mamá Sunsa

Dicen que cuando los viejitos llevan mucho tiempo juntos si uno muere el otro no tarda mucho en partir.  En mayo despedimos a Papá abuelo, el abuelito de mi hijo Luis, el menor. Ayer me notificaron la partida de su esposa de toda la vida. 

Cuando llegué a esta familia ya yo tenía dos hijos y Mamá Sunsa los recibió con muchos besos. Recuerdo que me expresó sus deseos de tener en sus brazos un nieto a quien acunar. Mamá Sunsa era —se me hace muy difícil escribir de ella en pasado—, una mujer de inteligencia superior y sobre todo, de sabiduría superior. Cuando la conocí era directora de una escuela de la que se retiró solo para darse el gusto de cuidar a mi niño y a los nietos que llegarían después. 

Sufrió mi divorcio, pero como ya les dije, era una mujer tan sabia que supo separar el amor que tenía por su hijo y no perderse en esos detalles y mantuvo conmigo hasta este día, una relación preciosísima, que siempre voy a atesorar. Mi querida Mamá Sunsa, fue mi amiga, mi confidente, mi consejera y algunas veces mi madre. 

La voy a extrañar mucho, sobre todo el día de nuestro cumpleaños, porque hasta cumplimos el mismo día. De ahora en adelante, la honraré el 29 de mayo. 

Sepan todos que había una mujer muy sabia, que regalaba amor a raudales, que adoraba a los niños suyos y no suyos, y que fue mi amiga. 

Hasta luego Mamá Sunsa.

12 comentarios en “Hasta luego, Mamá Sunsa

    • melbag123 dijo:

      Sí, amiga… Se me están yendo mis viejitos, mis guías, mis consentidores. Ahora me toca a mí consentir a los que vienen detrás. Pero es muy duro. Esta semana ha sido difícil. Gracias, mi Margui. Besitos.

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  1. guillergalo dijo:

    Tus palabras reflejan plenitud. Esa sensación de goce cuando se tiene seguro haber sido buenos, recibido afecto y buenos momentos, y saber que se dio cariño hasta el final. El mayor goce es saber que la vida continúa, los que se han ido continúan de otra forma y nosotros acá contando dias para ser mejores con lo que hemos aprendido en la cultura de familia. Abrazos y una flor de girasol que siempre mira el sol de donde llega la energía.

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