Sábado caliente

Sábado caliente, sábado soleado,

estoy más que lista para el frío invierno.

El árbol sediento mira al cielo angustiado,

si mal yo no he hecho, ¿por qué es este infierno?

El perro realengo no encuentra cobijo,

el viejo borracho una cerveza suplica,

el joven sudoroso rechaza el abracijo,

de la hembra en celo que a copular lo invita.

Ruego al Dios bendito por una llovizna.

¡Mira que la yerba está sequecita!

—No me digas nada, es el global warming

Pídele al idiota que está en el White House—.

La noche hierve como el mediodía.

El agua se hace poca para calmar la sed.

Estoy echada —por favor—¡killing me softly!

Maten ese perro, me cansé de su Auuuuu.

Sábado caliente, sábado soleado,

suelas de zapato derretidas en la brea.

Solo falta que me den diarreas

y encuentren mi pelo enmarañadito.

imagen: online

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