Era la noche oscura. Tan oscura que la luna y las estrellas parecían haber desaparecido del firmamento. El calor sofocaba el cuerpo y el alma. Las gotas bajaban confusas. ¿Eran de sudor o lágrimas? La ropa molestaba, la piel más. Los mosquitos se aprovechaban de su cuerpo semi desnudo. Entre los ruidos —plantas eléctricas, grillos, coquíes—, se escucharon unos pasos. Una mano tibia se posó en la espalda de Edgardo. Él se sobresaltó. No esperaba a nadie a estas horas. Un dedo sobre sus labios calló sus palabras. Su corazón comenzó a latir aceleradamente. Sintió la presencia acercarse a su oído pasando su lengua por la oreja. El viento de desencadenó y pensó por un momento que se elevaba. Todo comenzó a estremecerse. El suelo, la hamaca y hasta la columna donde estaba amarrada.
Entonces escuchó una voz que le dijo:
—¡Bú!
Y su corazón se detuvo.
Imagen: https://pixabay.com/en/fantasy-fog-creepy-mystical-mood-2847724/
Debió ser un susto muy grande. 😀 Feliz Halloween
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Sí que lo fue… Jejeje
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¡¡Rico miedito!!!
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Jajajaja… ¡Bú!
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Uff, que escalofrío… el susto definitivo!!
Genial, perfecto para esta noche.
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Me alegra que te haya gustado. Un abrazo.
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Buen relato, me llegó.
Abrazo de luz
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Me alegra mucho que te guste. Un abrazo.
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Muy bien escrito. Abrazo de luz
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Gracias.
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Sería un Búho y por eso dijo Bú, porque se estaba presentando 😉
Besos, Melba
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Jajajajaja… Mira que estaba texteando con un amigo en Puerto Rico, ya sabes la situación. Estaba solo en la hamaca y me pidió que le hiciera un cuento. Y según texteaba me salió eso. Jajajaja…
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